El
tío Luis nació un 24 de diciembre. Cuenta el anecdotario familiar que mi abuela
María rebasaba el octavo mes de embarazo aquel 24 de diciembre en que decidió
amasar siete kilos de harina con el fin
de preparar suficientes buñuelos para la familia, cuando le vinieron los
dolores del parto. El abuelo Juan se fue
a caballo a buscar a la partera, las tías Ignacia y Josefa corrían para todos
lados y los niños se mantenían a la
expectativa. La masa para los buñuelos se quedó olvidada hasta que llegó Mamá
Chonita, madre de Juan y suegra de María, a poner orden. Después de ver a la mamá y al nuevo crío, lo segundo que haría Chonita sería darle continuidad al amasado y preparación de los buñuelos, para beneplácito
de los chiquillos que ya daban por perdida la posibilidad de comer estos sencillos pero apetitosos
manjares navideños, los cuales esperaban durante todo el año.
Era tradición
ofrecer buñuelos para el desayuno del 25. Como bien señala el escritor Gabriel
Borunda, en aquellos pueblos del Norte de México de principios del siglo XX no
se acostumbraba la cena navideña, mucho menos comer pavo. Esas aves se conocían
por el nombre de coconos y prácticamente reinaban en los corrales de las
familias que los criaban. Sus huevos eran sumamente apreciados por sus
dimensiones y muy pero muy de vez en cuando, uno que otro de estos animalitos era sacrificado para comerlo en chile colorado
en alguna fecha especial.
La
Navidad se celebraba únicamente asistiendo a misa de gallo y participando en
otras actividades de índole religiosa. Por ello era común que parientes de los
ranchos llegaran a tomar parte de las ceremonias religiosas y se quedaran a pernoctar con las familias huéspedes. El alto sentido del deber conducía a los anfitriones a preparar viandas especiales como buñuelos,
menudo, tamales de rojo y de dulce u otras exquisiteces al alcance de la
gastronomía campirana, para recibir adecuadamente a la parentela y convivir en
esta fecha trascendente.
Así
pues, aquel 24 de diciembre nació el sexto hijo de la pareja Juan Frescas y
María Trevizo. Era un niño rubio de ojos amielados que inmediatamente cautivó a
sus hermanos mayores y con los años desarrolló el talento del canto y la
ejecución del acordeón.
BUÑUELOS ( Receta de la Sra. Jovita Nuñez de Nvo. Casas Grandes)
Ingredientes:
4 tazas de harina cernida
3 cditas de polvo de
hornear
50 grs de mantequilla
Ralladura de naranja
Agua de anís caliente
Azúcar y canela para espolvorear los buñuelos
Preparación:
1. Preparar suficiente agua de anís ( hervir ramas
de anís en agua )
2. Cortar la mantequilla en la harina.
3. Agregar el agua caliente y amasar hasta tener la
masa en su punto.
4. Hacer testales del tamaño de una canica grande.
Dejar reposar unos minutos.
5. Palotear
y extender la tortilla a la mitad de lo que será su etensión definitiva,
dejar reposar unos minutos.
6. Calentar
el aceite
7. Extender las tortillas hasta dejarlas bastante
delgadas, picar levemente con un tenedor
y freír en el aceite.
8. Sacar el buñuelo, escurrir la grasa y colocar en
donde se enfríe un poco. Espolvorear con la mezcla de azúcar y canela.
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